domingo, 17 de enero de 2010

IBSN: Internet Blog Serial Number

He decidido seguir la iniciativa de muchos blogs como rechazo a la negativa, por parte de la administración española, de otorgar un ISSN a los weblogs.


El ISSN (International Standard Serial Number / Número Internacional Normalizado de Publicaciones Seriadas) y el ISBN (International Standard Book Number / Número Internacional Normalizado de Libros) son códigos numéricos de identificación. El ISSN, un número de ocho cifras, es el código internacional de identificación de las publicaciones seriadas (revistas, periódicos, boletines, anuarios, series de monografías…) y el ISBN, un número de diez cifras, identifica los libros.



El IBSN de Bitácora de un Haijin es el siguiente:


Por ello he decidido darme de alta en su “wiki” y me he agenciado un número IBSN:


El IBSN (Internet Blog Serial Number / Número de Serie de Blogs de Internet) consta también de diez cifras, e identifica los blogs (weblogs o cuadernos de bitácora) de Internet
Para visitar el “wiki”, leer la historia y hacerse con un IBSN, hacer click en este enlace. Y aquí obtienes el código de barras asociado a tu número.

Shichifukujin


Ebisu, Daikokuten, Bishamonten, Benzaiten, Fukurokuju, Jurojin y Hotei


Oct-16-2005

Que estas siete deidades nos acompañen a todos : suerte, abundancia, buena salud y larga vida.
Aún hoy en día se guardan bajo la almohada el 1 de Enero para garantizar que el primer sueño del año es bueno…!No lo olvideis! y probad, ya me diréis :)




Hoy inauguro mi bitácora.

Sep-27-2005

Hoy inauguro mi bitácora. Mi camino más personal referente al haiku. De momento sólo tengo la intención de ir llenándolo con apuntes sobre lo que yo pienso con respecto a este género literario. Sí. ¿Sorprendidos? Es una bitácora de un haijin o poeta de haiku, un género literario japonés.


También subiré mis trabajos con respecto a haiga y foto-haiku. ¿Que qué es haiga? pues es un dibujo al que se le yuxtapone un haiku. Ya iréis sabiendo conforme vaya avanzando en mi blog.

Lo dicho …hoy inauguro mi bitácora.

Bienvenidos si alguna vez alguien se acerca a ella.

viernes, 8 de enero de 2010

¿Cómo llegar a ser “poeta de haiku”? cap.1

Reconozco que el haiku me apasiona. Bueno no es de extrañar. El haiku apasiona. Hay épocas que soy sumamente fructífera, otras entro en una especie de letargo, momento que aprovecho para leer. Sobre todo en Internet. Ah! Gran invento.

La enciclopedias a la vez que nos instruyen, nos destruyen mitos. Pero también nos colapsan, nos agotan y nos confunden…demasiadas manos que rellenan sobre un solo tema.
Pero no me quedo ahí. Procuro rodearme de buenos libros…Ah! los libros. Qué gran invento!
Unos y otros ponen a nuestro alcance la maravilla del saber. Y sobre haiku, aún más extraordinario camino hacia su profundo conocimiento. Pero sólo teoría.

¿Qué ocurre en la práctica? o mejor dicho…¿qué ocurre con la práctica?

Ahí es donde se carece de referencias. ¿por qué? Por que evidentemente todo lo que se escribe en base a un patrón 5-7-5 lamentablemente NO es haiku.
A propósito de esto, tengo que comentar el reciente Concurso de Haiku que Renfe cercanías ha convocado. No sé muy bien cuales son sus objetivos, si que la gente se acerque al haiku; si que aprendan haiku; si usar el haiku como la moda perfecta para sus fines.Lamentable. Moda perfecta.

Para los que no opinamos que sea moda, y sobre todo para los que vamos poco a poco caminando por la senda del haiku, este Concurso nos parece (a mí por lo menos) si no abominable, sí lamentable.

Las palabras, el lenguaje…

El lenguaje de las palabras… uno de los grandes puntos que distancian la poesía entendida en su concepción metalingúística con el haiku.
Últimamente hemos visto en el foro de nomichi, textos en los que prima un lenguaje poético…

Sin temor a equivocarnos, diremos que las palabras usadas en el haiku desde luego, han de ser “escogidas” de entre las más cotidianas…tanto como sea posible, como lo es en su esencia el haiku: cotidianeidad.

En ese aspecto, no erraremos, si escogemos el término menos erudito… si puesto que una palabra tiene su contrapartida en un cultismo… necesariamente usaremos la primera. Los cultismos lo que hará es estorbar al mensaje, osea el haiku.

Esto mismo sucede con mi ser yo, mi estar “yo”

Como las respuestas tipo:
Yo lo he visto o vivido, o yo eso fue lo que ví

A veces las interferencias del YO minan la capacidad de asombro del haiku. O la capacidad que se le atribuye al haiku para asombrar.

En la medida en que se va produciendo una transformaci󮠥n nosotros, en nuestro YO, el haiku penetra cada vez má con toda su fuerza, desprendiéndose el YO y el Ego con que un escritor puede llegar a impregnar sus textos.
Cierto es que todo lo que escribimos no es haiku, pero es el camino que nos lleva a intentar y fallar hasta que un día un texto no nos falla: un Haiku..!adelante!

Por tanto, nuestra capacidad de respuesta, tiene que estar también ahí

fugacidad

Hacía años que no vivía la aventura de salir con lo puesto y un saco de dormir. Surgió como surge una conversación espontánea. Una hora, el crepúsculo; la compañía de mi hija con la que comparto como la gota del grifo estropeado que a duras penas cae … una cada …no sé cuantos. Un horizonte que recorrer. Un viaje de ida y vuelta.


El horizonte, apenas recortado por alguna colina que atrapaba alguna nube. A veces una palabra, otras nada. Y el camino continúa. En el interior como la vela recién encendida, un perfume especial me invade era el viento compitiendo con la velocidad… reduzco la marcha no había prisa. Una vela y la llama pequeña que ilumina y probablemente calienta apenas la roce…

Nunca antes tuve tánto interés por cuánto puede significar una simple vela. Enciendo las luces. El crepúsculo difumina las formas. La aves han dejado de acompañarnos y la noche emerge poco a poco… un suspiro.

Contornos que horas antes majestuosos se erigían y nos convidaban a continuar, ahora no son sino oscuridad.

De pronto, una silueta inmóvil. Unos ojos rojos, estrellas de un animal que fue.

Lo lamenté. Como lamenté todas aquellas que se iban estampando contra el cristal delantero del coche.

¡ cuán frágil es la existencia¡

tranquila aceptación de la vida en el mundo tal como es y como viene; de aguardar el momento y la oportunidad, sin forzar nunca el resultado, sino que este se despliegue a su tiempo según su naturaleza”.


La carretera se estrecha. Una vía de doble sentido, mi vista algo más cansada. Disminuyo la velocidad aún más. Ya no me importa si no llegar. Pierdo por un instante la visión deslumbrada por la torpeza de alguien que en dirección contraria olvida cambiar la luz larga. Larga… como la carretera.

Ahora importa saber que estamos bien.



Yo no puedo decir si lo que el mundo considera “felicidad” es o no es felicidad. Todo lo que sé es que cuando considero el camino que muchos recorren tratando de conseguirla, los veo correr precipitadamente, amargados y obsesionados, con las prisas generales del rebaño humano, incapaz de detenerse a sí mismo o cambiar de dirección. Y todo ello mientras proclaman que están a punto de conseguir la felicidad. (Thomas Merton)


Me preguntaba si tenía algún sentido. Si el esfuerzo merecería la pena. Si era esfuerzo o sacrificio o simplemente un viaje más. ¿qué es más importante? ¿acaso era un viaje interior? ¿un camino que recorrer? ¿fugaz?

¿era lo correcto? ¿qué hubiera sido lo correcto? ¿qué lo incorrecto? ¿Acaso tántas preguntas merecían la pena?

Nada lo es cuando de amistad hablamos. Es Todo. Dejé de preguntarme.

Los artificiosos fuegos iluminaron la respuesta.

La ciudad nos obsequió con colores al cielo y al fin un desvío…habíamos llegado.

colores al cielo de san juan- en medio, la nada

Había llegado. Compartí mi tiempo, el poco del que dispongo y saber estar tanto a sólas en medio de una multitud, como llenarme de todos y cada uno.

Observo, miro hacia arriba… me gusta ver cómo las ciudades decoran sus tejados, sus cornisas… me gusta imaginar que una ciudad se distingue por ellas.

Compartí mi tiempo hasta el amanecer. Compartí mi cansancio y mis kilómetros. Llegué. La mezquindad no es el camino… y este largo viaje sólo fue el comienzo.



El aire fresco
del alba..






hierba

tumbada en la hierba
entre la nube y yo,
ramas de gingko

cañaveral

en el cañaveral
apenas cae la noche-
rio abajo...

todo el otoño

baja la cuesta
y al llegar a la esquina...
todo el otoño




meditaciones

a veces es difícil expresar con palabras lo que uno ve o siente. Por eso me gusta lo que hago. Aparto las palabras y dejo el silencio que llena el vacío. A veces es tan dificil llenar ese vacío…



de madrugada
apenas los gorriones
y un haz de luz.




desaparece

desaparece
el sol tras la montaña-
riachuelo y ranas.




el no yo

susurro de hojas
con el viento-
en algún lugar un picapinos



mientras caminaba se disipaba la idea de volver. Delante, un camino que se estrechaba, una vereda, un sendero por el bosque de helechos, pinos robles… castaños… caminaba y la humedad envolvía el aire, también el color de las zarzas. al final, no era el camino, ni cada paso, tampoco lo era el color o el aire, al final, solo era caminar y sentir a uno mismo. Sentir que nos dividimos como lo hacen los surcos dejados tras años de tormentas y escorrentías. Ahora ya secos, imaginarlos llenos de vida tras alguna de las últimas lluvias. Verlos desde arriba, desde la distancia que la vista y la altura permiten. Vernos caminando. En la distancia, desde arriba, como a vista de pájaro. Intuir cada paso, como la ida y la vuelta hacia algún lugar. Estar en el camino y a la vez, no estarlo. Sentirlo y dejar de hacerlo para que sea el resto el que rellene el vacío.
Es descubrirse caminando. Y ya no importas. Lo que te rodea no importa, no es necesario, seguirá estando allí cuando te hayas ido. Seguirá cambiando cuando te hayas ido. Seguirá naciendo, bifurcándose, cuando me haya ido.

Mientras tanto, y cabizbaja, escucho el susurrar de las hojas con el viento, el crujir de la madera que ya hizo mella en decenas de pinos caidos y maltrechos, pero llenos de vida.

Procuro no rozar las zarzas, pero el color de su fruto es tan deseable… y no me resisto. Tal vez sea lo que no hace mi cuerpo, mi voluntad, mi identidad que se hizo nada, no resistiéndose, me dejé llevar.

Y dejándome llevar, comencé de nuevo el camino. Punto y final del recorrido, primer paso del siguiente… y no resistirse a salir de uno mismo, a verse desde fuera y, a la vez, saberse dentro. No temer las dudas, no hacer mucho caso de las certezas y mirar con los ojos de quien quiere derramarse, como se derrama el zumo y se extiende.
Mirar con ojos que aprecia lo ajeno, que admira lo desconocido y no teme lo que ha de ser. El ser que hay dentro de cada uno, el mismo ser que cambia, el mismo que reniega de los cambios.

Solo las estaciones lo hacen. Solo la naturaleza parece conocerlas, solo por una vez, he llegado a darme cuenta de que siendo, no estando, se es.

Y tal vez así, también las conoceré.

Ahora, la rama de un roble caido me corta el paso.







mi alma en el ocaso

y ver..y sentir..que al poniente el sol despliega su halo de luz, tal vez, el último de hoy. Pero, mientras se va tras la cortina que es esa montaña, el valle…me invita a seguir mirando. Y escucho…la corriente del arroyo que fue, que mermó, día tras día, hasta ser no más que un charco. Qué ridículo me parece hoy y sin embargo…qué lleno de vida.
Larvas, zapateros, ranas, y otros cuyo nombre desconozco..hasta la líbelula lo ha visitado por un instante.

Sigue poniéndose el sol, pero no deja de haber vida. A mi alrededor todo se torna anaranjado, y en este despliegue de sensaciones un murciélago llama mi atención. Va y viene, junto a la farola… que al fin iluminó la calleja estrecha. No ve, pero no le falta nada. Una farola, y la tiene. Como yo, hoy, tengo esta inmensidad. Y me siento tan pequeña…

pequeño charco-
la libélula se ha posado
por un instante.




muro de otoño



bitácora de un haijin


saltamontes

por el camino seco- los saltamontes.